Welcome & Enjoy

miércoles, 25 de febrero de 2015

0.4// Shakespeare.

"Gabriella." Fue la única palabra que salió de sus labios.

La chica que lo acompañaba frunció en ceño en el momento que sus grandes ojos azules se posaron en mi. El labial rojo intenso de sus labios estaba algo corrido en su mentón y sabía perfectamente a quien se debía el defecto en su maquillaje.

"Eh...." Bill aclaró su garganta. "Qué bueno que apareciste hermano, te estábamos buscando."

"Si, Bill se encontró con Gabs hace poco." Georg agrego y mis ojos se acomodaron en él. Su ahora corto cabello lo hacía ver más joven. Más atractivo incluso.

"Y quien se supone que eres tú?" Preguntó la chica de la nada.

Luego de mirarla y notar sus ojos clavados en mi fue que me di cuenta que me estaba hablando. Levanté mis cejas debido a la rudeza contenida en su voz y reí internamente por el efecto que había causando en ella; envidia.

"Pero que mal educada. Mucho gusto, mi nombre es Gabriella." Dije sin si quiera molestarme por extender mi mano en su dirección. En lugar de ello asentí con mi cabeza y tomé otro sorbo de mi bebida.

Eli y Gustav soltaron una risa por lo bajo debido a la amarga mirada que lanzaba la chica en mi dirección. Sin embargo, no podía importarme menos lo que ella pensara de mi. Por todo lo que se, ella debe ser una de las tantas chicas que entretienen al Kaulitz mayor en sus noches. Pobre chiquilla si pensaba que algún día podría llegar a un estatus más alto con él.

De hecho... ¿Quién podría si quiera llegar a serlo vestida de ese modo?

Bill aclaró su garganta una segunda vez y así me di cuenta de lo incómodo que se sentía con la situación. "Uhm, Gabi, ella es...." Comenzó a decir hasta que se dio cuenta de que ni él mismo sabía quien era la chica. Así que, mirando a Tom confundido, preguntó. "Quien es ella, Tom?"

La atención se posó entonces en Tom, pero su expresión seguía siendo la de un explorador que acaba de encontrar la ciudad perdida de oro. Sus ojos no dejaban de mirarme, sabía que se preguntaba una y otra vez si la que se encontraba allí, sentaba en frente de él, era yo. Lo conocía tan bien que podía leerlo como un libro abierto.

Un libro que una vez fue mi libro favorito.

"Tom," Bill lo llamó de nuevo.

"¿Qué estas haciendo aquí?" Por fin habla el mudo. Sin embargo, su pregunta no responde a la anteriormente realizada por su hermano.

Reí por lo bajo y lo mire directo a los ojos para luego encogerme de hombros. "Bueno... Vivo aquí."

"¿Quién es ella, Tom?" Puedo escuchar el susurro de la rubia en el odio del mayor de los gemelos.

"Eso ya lo sabía... me refiero, aquí en Ectasy." Tom vuelve a preguntarme ignorando por completo la pregunta de su aventura de una noche.

No puedo evitar reirme. "Lo mismo que tú." Dije mirándolo para luego descansar mis ojos en su acompañante. "Sólo me divierto un poco."

La chicha resopla y rueda sus ojos entendiendo perfectamente a lo que me refería. Sin embargo, los ojos de Tom se ajustan en los míos y compartimos lo que parece ser un concurso de miradas. La intensidad emanando de nuestros ojos, que se comunicaban entre ellos sin necesidad de palabras, era tan fuerte que se hacía palpable en el aire.

"¡¿Qué lindo reencuentro no creen?!" Interviene Eli rompiendo con la tensión del momento.

-

Momentos más tarde y mientras la noche se desliza suavemente dando paso al amanecer, los G's, Bill y Eli junto con Tom, su chica Kate y yo terminamos la última botella de Jack Daniel's mientras adelantábamos a los demás de lo sucedido en nuestras vidas. Por un momento logre sentirme como antes, mi mejor amiga y mis mejores amigos allí, conmigo, riendo y recordando diversos momentos y anécdotas. Aunque esta vez era diferente, Tom estaba allí pero ya no estaba conmigo, y en mi lugar, justo a su lado, se encontraba otra chica. Era algo extraño, como si estuviera viendo desde fuera lo que solía ser. Por un momento sentí el punzón en mi pecho resurgir, pero me recuperé rápidamente.

"Lo gracioso de la historia es que cuando Sary entró en la habitación se encontró con Tom desnudo." Georg finalizó con una risa a la que todos nos unimos mientras Gustav hacía un mueca expensando entre disgusto y diversión.

"Jamás volverá a pasar." Tom agregó riendo y sacudiendo su cabeza suavemente. "No era como imaginaba mi noche. No con Sary precisamente." Dijo y todos volvimos a reír.

De repente mi teléfono celular comienza a sonar, pidiendo desesperadamente que lo conteste. La pantalla muestra el nombre de Tyler y suspiró antes de contestar.

"Hola?" Digo mientras me levanto y me excuso con los chicos antes de retirarme un poco del lugar.

"¿Donde estás?"

"En Ectasy, ¿Recuerdas? el night club al que se supone que debías haber venido conmigo"

Tyler suspira del otro lado de la linea. "Lo siento, tenía cosas que hacer, cariño." Se disculpa y mi modo de pelea cambia por uno más tranquilo.

Bueno, por lo menos ahora esta pidiendo disculpas.

"Como sea," Le digo y dejo salir un suspiro yo también.

"¿A que hora llegarás a casa?" Puedo notar tintes de arrepentimiento en su voz lo que genera que mi corazón se ablande un poco más. Odiaba discutir con Tyler, alguno de los dos siempre terminaba arrepentido y pidiendo perdón al otro. Y cuando era él quien lo hacía, sus ojos verdes me miraban de una forma tan tierna y amorosa como lo hace el gato con botas en Shrek.

"Erm..." La brisa de la noche despeina un poco mi cabello y al mirar hacía la mesa noto los ojos de Tom clavados en mi. "Tal vez en una hora o dos." Le respondo desviando mi mirada de los Kaulitz y posándola en el cielo estrellado.

"Esta bien," Dice para luego suspirar. "Lo siento por no estar contigo esta noche, te quiero Gabi."

"Yo a ti...Mucho." Digo como de costumbre antes de cortar la llamada.

Es verdad. Desde que llegué a Los Angeles una de las primeras personas que conocí fue Tyler. Era mi vecino cuando me mudé a mi primer departamento. Siempre fue muy gentil y atento, estaba allí cuando lo necesitaba, sobretodo para ayudarme a subir cosas hasta mi piso como bolsas de mercado o arreglar tuberías dañadas. Hasta que un día tratando de arreglar el lavado de la cocina, la llave salió volando por los aires y un chorro de agua comenzó a salir desconsoladamente mojándonos a ambos y luego de lo cual terminamos en una extraña pero candente sesión de besos. Luego de eso, sus visitas fueron más constantes y no precisamente para arreglar algo o ayudarme con paquetes. Dos semanas después de nuestra extraña "relación" que yo definiria bajo el término de fuck buddies, decidio contarme la verdad que ignoré desde que lo conocí. Tyler no era un chico común y corriente, cuando me reveló que trabajaba para mtv nunca pensé que se tratara de algo tan grande como formar parte del reparto de unas de sus series con mejor audiencia. Teen Wolf.

Con el paso del tiempo me acostumbre a la idea de que salía con otra celebridad. La verdad es que, a diferencia de mi anterior relación, con Tyler las cosas eran más relajadas.

Mis dedos se deslizan sobre la pantalla y no puedo evitar recorrer con mis ojos la foto en mi pantalla de bloqueo. Eramos tyler y yo. Una pequeña sonrisa se escapa de mis labios al momento de recordar el momento en el que la tomamos. Pero, de la nada, un olor un tanto familiar golpea mis sentidos haciendo que mis dedos bloqueen mi telefono y que mi sonrisa de desdibuje de mi boca.

Tom.

"Así que... Lo quieres mucho?" Preguntó y mis cejas se unieron en confusión. Me estaba espiando mientras hablaba? "Quien es Gabriella, tu novio?" Preguntó de nuevo y mis ojos se ajustaron en él.

Me rei. "Así es." Dije y crei ver lo que era el fantasma de una emocion correr tras sus ojos tan rápido que no pude descifrarla. Al fondo se escucho la risa de  Kate y ambos volteamos a mirar la mesa. "Tu chica es...  " hice  una mueca. "Eh, es muy buena en el arte del maquillaje." Sonrei al momento en el que sus ojos me miraron mientras levantaba una de sus cejas.

"Maquillaje?" Bufó. "Puedo asegurarte que es buena con muchas otras cosa aparte del maquillaje." Añadió mientras me guiñaba un ojo.

Volvi a reir y lo mire con ternura. "Volviste a lo mismo de antes, no? Bueno... Qué más podría pedirsele a alguien como tú que lo único que conoce es el sexo."

Sus cejas se levantaron mientras una risilla se escapaba de sus labios. "Wow... Soy yo o tus palabras destilan dolor?"

Dolor? Destilan? Jajaja que tiene este?

"Ahora eres poeta?" Me burlé. "Y no, no destilan dolor," añadí. "Destiñen verdad."

"La única verdad que veo es la que me cuentan tus ojos Gabriella." Me dijo y pude sentir su cuerpo acercandose un poco al mio. "Son esos... Celos, acaso?" Su dedo índice señaló mi rostro.

Esta vez solte una carcajada. "Awn," dije pellizcando uno de sus cachetes. "Mira Shakespeare, lo único que debes saber es que puedes tener todo el sexo que quieras y con quien quieras." Dije sincera. "No es mi problema ni tampoco me incumbe. Sin embargo," lo mire a los ojos. "Perras baratas nunca igualaran lo que sentias conmigo." Mi turno de guiñarle el ojo llegó y lo disfrute como un niño pequeño que ha recibido justo lo que habia pedido para navidad.

Su expresión me causo gracia y hasta me hizo sentir superior. Su labios se entre abrieron y sus ojos se agrandaron, pupilas dilatadas mientras lo que sumí era un recuerdo recorria su mente.

Sonreí y descanse mi mano sobre su hombro. "Que bueno verte." Le di un par de palmaditas en su espalda y me dirigi a la mesa para despedirme de los demás y volver con mis amigas y el misterioso chico que me había invitado un Martini. Ahora si que disfrutaría un poco de alcohol.







viernes, 10 de octubre de 2014

0.3 // Hola Tom

"Gabi! Esto tiene que ser un chiste!" Eli dijo acercándose a mi al mismo tiempo que una sonrisa se dibujaba en sus labios y sus brazos se extendían en mi dirección.

"Eli," Dije. La sorpresa de este inesperado encuentro no abandonaba mi cuerpo. Mi cerebro procesaba tan lento como Gustav en matemáticas.

"Sólo, Eli?" Se rió y sus brazos se enredaron en mi cuerpo mientras me abrazaba tan fuerte como podía. Su peculiar fragancia de jazmín y miel me traslado al instante a Alemania. "Pensé que me extrañabas un poquito más?" Su risa salió de sus labios una segunda vez.

Aclaré mi garganta y le sonreí cuando terminó de abrazarme. "Un poquito más?" Pregunté y por fin reaccioné. Tener a mi mejor amiga de toda la vida en frente de mi, después de dos años trajo lagrimas a mis ojos y mis brazos se abrieron lanzándose sobre ella. "Un pocote, más!"

Nuestras risas se unieron y nostalgia me llenó por dentro.

Extrañaba ese sonido.

"Y que para nosotros no hay abrazo?" Georg preguntó.

"Sería un pecado no hacerlo." Dije y soltando a mi mejor amiga me acerque a los G's abrazándolos a los dos al mismo tiempo y tan fuerte como pude. "Los extrañé demasiado." Les dije.

"Nosotros a ti."

"Pero, y dónde están Sary e Issa?" Les pregunte.

"Tuvieron que quedarse en Alemania." Bill dijo abrazando a Eli por la cintura. "Pero llegarán la próxima semana."

"Por qué? Por qué se quedaron?" Pregunté nuevamente mientras fruncía el ceño. "Esperen un momento. Por qué están ustedes aquí?"

Todos sonrieron ampliamente. "Bueno... Creo que la mejor forma de ponerlo es... uh, Alemania ya nos quedó pequeña." Gustav dijo y los demás rieron.

"La verdad creo que es justo un descanso." Georg intervino. "Tokio Hotel se dará un tiempo." Mi boca se abrió tanto que pensé que mi quijada podría desprenderse en cualquier momento.

Se darán un tiempo? A que se refieren? No se van a separar verdad? No, no lo van a hacer. 

"Un tiempo?" Pregunté.

"Uno corto. No hay de qué preocuparse. No es el fin de la banda Gabs." Bill dijo

Suspiré con alivio. Aún después de todos estos años y con lo ocupada que las agencias de Heidi me mantenían, habían momentos en los que escuchaba noticias sobre los chicos. Aquella era una de las formas de saber de ellos. Mediante la radio que en algunas ocasiones ponía sus canciones, pasaba entrevistas, además de uno que otro chisme. Las chicas se volvieron casi tan famosas como los chicos. Por todas partes, incluso en televisión escuchaba de ellas.

"Quiero que nos cuentes de tu vida en este instante, Gabs!" Bill dijo tomándome por la muñeca y llevándome a la mesa donde estaban sentados. El frío de la noche lo amortiguaba un alto calentador de gas.

"Uh, bueno. Pero la verdad no hay mucho que decir... Al venir a Los Angeles Heidi me ofreció trabajo en su agencia de moda y un año después empecé a trabajar en su otra agencia, esta es de modelos. No tuve que cursar la universidad y bueno... ya tengo mi propia casa. No es la gran cosa." Mis hombros se encogieron mientras los chicos me miraban. Asombro en los rostros de Gustav y Bill, los demás sólo asintieron. "Que hay de ustedes?"

"Sabes? creo que ahora que sé que tu lado fashion por fin está un poco más desarrollado, me gustaría que fuéramos un día a comprar tanta ropa como sea posible." Bill dijo emocionado y no pude contener la risa que se escapo de mis labios.

"Cuenta con eso." En caso de que no lo sepan, no existe nadie mejor que Bill Kaulitz para ir de compras. "Un momento. Cuanto tiempo estarán aquí en Los Angeles?"

Georg estaba a punto de responder mi pregunta pero Eli se le adelantó. "Oh... unas cuantas semanas." Se encogió de hombros. "Quieres algo de tomar?"

"Jack Daniels está aquí para hacer la noche feliz." Gustav dijo y todos reímos.

Mis ojos recorrieron la mesa y se posaron en las dos botellas vacías de whiskey.  Bueno, por lo menos su adicción por el alcohol estaba intacta.

"Aquí tienes," Gustav dijo entregándome mi bebida.

"Aún no me han contado de ustedes. Qué ha pasado en sus vidas?"

"Oh, lo usual. Desde que te fuiste de Alemania las cosas no han cambiado para nada, las fans siguen dándonos su apoyo incondicional y la prensa sigue igual de fastidiosa." Bill se encogió de hombros. "Aún así, las cosas ya no son tan divertidas como antes." Sus ojos miel se posaron en los míos mientras se encogían. "Creo que eso debe a que ALGUIEN no abandonó."

Ay, por favor. No esta conversación.

Suspiré mientras mis ojos se posaron en el suelo. "Saben que no los abandoné, necesitaba un respiro. Eso es todo."

"Bueno, que largo respiro no te parece?"

"Bill." Eli dijo entre dientes.

"A lo que me refiero es que una visita hubiera sido el mejor detalle de la vida."

"Lo siento." Rodé los ojos mientras mis brazos se cruzaban en mi pecho.

Parece mi mamá.

De repente se escuchó como la puerta de la azotea se deslizaba abriéndose, los ojos de todos se posaron en ella mientras yo, que estaba dándole la espalda tuve que voltearme para ver quién entraba.

"Tom, para!" La risa de la chica rubia y voluptuosa invadió el lugar y pude sentir como el aire se atoraba en mi garganta al momento en que mis ojos se posaron en el alto hombre que la tomaba de la cintura.

Detrás de mi pude escuchar la sorpresa de Eli, que atrapó un respiro en sugarganta. Pero no me importaba, mi concentración estaba fija en él. Sus manos mantenían a la rubia tan pegada a su cuerpo que parecían una sola persona. Su rostro estaba escondido en el cuello de la chica mientras dejaba un camino de besos y mordidas en su piel. Ella soltaba risas y chillidos con cada movimiento de él. Ambos en medio de su acto de lujuria se acercaban torpemente hacia la mesa donde nos encontrábamos los demás.

Se que es lo que están pensando y no. No es como se lo imaginan. No estoy muriendo por dentro, mi corazón no está roto en mil pedazos, no hay rabia dentro de mi creciendo con cada risa de la chica. No puedo sentirme más normal que en éste momento. Sonreí internamente al darme cuenta que el mayor de los Kaulitz había dejado de tener aquel efecto tan tóxico y narcotizante sobre mi.

"Tom," La chica volvió a reír. "Ya basta." Su voz era tan aguda e irritable como el largo de su vestido de leopardo. Tal vez fue error del costurero, tal vez se quedo sin tela para terminarlo, porque apenas y cubría su trasero. Mis ojos la examinaron de arriba a abajo y sonreí mientras soltaba un suspiro y mi cabeza se sacudía suavemente.

Es el prototipo de Tom. ¿Qué más se le puede pedir? 

"Tom." Eli dijo haciendo que éste liberara el cuello de la chica y posara su atención en la mesa.

"Qué pasa chico........s" Su sonrisa se desdibujó de su rostro al momento en el que sus ojos se juntaron con los míos y sus brazos soltaron la cintura de la rubia inmediatamente.

Su rostro estaba más pálido que el de un fantasma y su boca tan abierta que por un momento pensé que se tragaría una mosca.

Oh... Ahora quién tiene un efecto sobre quién?

Con una sonrisa, cruce mis piernas y me recosté en el espaldar de mi asiento mientras tomaba un sorbo de Jack Daniels. "Hola Tom."





corto lo sé y lo siento. Pero la Universidad es una mierda.

domingo, 7 de septiembre de 2014

0.2 // Misterios.

Dos tequilas y un Bloody Mary. Ugh. Odie el último. Aún siento el picor en mi lengua y garganta. La música rebotaba en mi cuerpo y mis amigas a mi lado ya empezaban a bailar en sus sillas.

"Oh, esto era lo que necesitaba!" Emma gimió luego de dar el último sorbo de su bebida, cerrando sus ojos e inclinando su cabeza hacia atrás.

"Tanto estrés y estudio están matándome." Caroline dijo masajeando su cuello. "Tienes suerte de ser hermana de Heidi, te saltaste la universidad y ya estás trabajando, ganando dinero y viviendo como una diosa, con una delicia de novio y un lindo perro. Qué más le puedes pedir a la vida, Gabi?"

Sonreí. La manera en la que Caroline hablaba de mi vida con tanta admiración y anhelo de que la de ella fuera igual me hizo sentir bien. Y tenía toda la razón. Por fin, después de dos años mi vida está en orden de nuevo. Por fin, puedo decir que tengo estabilidad emocional e independencia de mis padres. Es un nuevo mundo. Salir de Alemania fue verdaderamente el empujón que necesitaba para empezar a vivir mi vida, a vivirla en serio. Y es que... me di cuenta de que, hasta que no dejes de vivir con tus padres y ganes tu propio dinero, no haz comenzado a vivir en realidad.

El bartender me sonrió al momento de servirme un martini. Fruncí el ceño.

Yo no he pedido otra bebida.

"Erm, yo-"

"Lo sé, cortesía del caballero de camisa blanca." El bartender dijo apuntando a mi costado derecho. Mis amigas voltearon sus cabezas en la dirección en la que se encontraba la persona, pero el cabello rojo de Emma no me dejaba ver de quien se trataba.

"Em."

"Whoa.... Es todo un Dios." Caroline dijo.

Tomando el hombro de mi amiga la empuje un poco hacia atrás para poder ver al responsable del martini en frente de mi. Sus penetrantes ojos azules se posaron en los mios y una sonrisa coqueta se dibujó en sus labios. Su cabello oscuro estaba desordenado y su camisa desabotonada los tres primeros botones. Asintió con su cabeza antes de dar un sorbo a su trago sin dejar de verme a los ojos.

"Está de ataque..." Emma dijo y sin tener necesidad de mirarla sabía que su labio inferior estaba atrapado bajo sus dientes.

"Bueno, ya que estás con Tyler, Gabi...." Caroline dijo levantándose de su silla y avanzando hacia el hombre misterioso.

"Qué perra" Emma dijo y las dos reímos.

A ver que tanta suerte tiene Caroline. Finalmente fue a mi a quien le compró una bebida.

El cabello rubio de mi amiga se movía con cada paso que daba en dirección al chico de ojos azules. Mi sonrisa creció al momento que Caroline llegó hasta él y éste ni siquiera la miró. No estabamos tan lejos, pero la distancia era la suficiente como para no tener posibilidad de escuchar lo que hablaban. Caroline le decía algo, él le contesta. Aún así sus ojos siguen en mi.

"Pft, ni la determina." Emma rió. "Mi turno." Su vestido blanco se levantó más de lo necesario al momento de pararse de la silla. Yo sólo la mire divertida.

Era obvio que ninguna de las dos era de su interés. 

La peliroja se acerca al chico y vaya sorpresa. La ignora. Sus ojos aún clavados en mi. Sonriendo, le guiño el ojo y tomo un sorbo de la bebida que compró para mi.

"Gabi?" Una voz a mi izquiedra llama mi atención. Al momento de voltearme me encuentro a alguien que no pensé volver a ver en mucho tiempo. "Fuck, Gabi, eres tú!" Su voz un poco amortiguada por la música. "No pensé que fueras tú!" Rió y sus largos y delgados brazos se enredaron en mi cuerpo en un fuerte abrazo.

El aire de mis pulmones se evaporó de repente y no encontré voz alguna en mi garganta para pronunciar si quiera una palabra, mi boca estaba tan abierta que pensé que podría tocar el suelo, mis ojos parecían platos de lo abiertos que estaban.

Esto no puede estar pasando.

"Que no me vas a saludar?" Bill dijo soltando mi cuerpo pero sus manos permanecieron sobre mis hombros, su rostro lo suficientemente cerca de mi como para escuchar sus palabras sin problema alguno con el volumen de la música del lugar.

"Ah... y- a- b- t-" Parecía una retardada. No es necesario que lo digan, lo sé.

Su expresión cambió y una sonrisa adorno su rostro de nuevo. "Yo también estoy feliz de verte." Sus brazos me abrazaron nuevamente y su aroma llego hasta mi nariz, invadiendo mis sentidos y trayendo consigo un montón de recuerdos que no estaba preparada para dejar entrar en mi cabeza. Ni siquiera aún después de dos años.

"Bill..." Fue lo único que mis labios fueron capaces de articular.

"Tenemos que hablar, obligatoriamente, señorita Klum." Dijo pasando una mano por su cabello, ahora rubio. Estaba cambiado. Mucho. "HAY TANTO QUE QUIERO SABER DE TI Y CONTARTE DE MI!" Dijo y sus manos aplaudieron mientras su cuerpo se elevaba en el aire con los pequeños saltos que daba.

Okay, olvídenlo. No había cambiado ni un poco. Sólo su aspecto.

"Bill," Volví a decir, esta vez recuperándome un poco del shock de verlo aquí, en Los Angeles. Aquí en Ecstasy.

Rodó sus ojos y me tomó por mi muñeca, halándome hacía la parte trasera del bar. Cuando llegamos a lo que pude descifrar eran unas escaleras, el alcohol corriendo en mi sistema empezaba a surtir efecto y maldije mentalmente a mi pésimo aguante con el licor.

Por fortuna logre subir los escalones sin tropezar ni una sola vez, cuando llegamos al segundo piso, lo que asumí era la zona VIP del lugar, Bill me condujo hasta la terraza. "Quiero poder escucharte y que me escuches." Se rió empujando la puerta y halandome hacia afuera.

Dos chicos estaban de espaldas, uno con un cigarrillo en sus manos. No era necesario que se dieran la vuelta, reconocía sus cuerpos a la perfección.

"Georg, Gustav. Miren a quien me encontré." Los chicos se voltearon y sus rostros expresaron sorpresa y luego alegría al momento de posarse en mi.

"No encuentro a Tom chicos, jajá será lo usual, supongo." Una voz femenina dijo detrás de mi."Gabi?" Llamó mi nombre. Eli.

Fuck. Esto es serio. 

Holaa, 
lo siento por la demora, pero la universidad me absorbe. Espero que les guste el capítulo. Estoy poniendoles un poco de suspenso para que quieran matarme por no saber que va a suceder. MUAJAJA! Okay, no. 
Gracias por sus comentarios. Significan mucho para mi. A todas las nuevas lectoras, BIENVENIDAS SEAN. Espero y disfruten de la historia. Me apeno al momento de saber que leen el comienzo de esta historia por que la forma en la que solía escribir antes es avergonzante. jajaja Bueno. Me iré y las dejaré imaginando donde puede estar Tom. 

ps. Las que siguen activas en blogger, serían un sol de personas y promoverían mi historia en sus blogs? Para que esta hermosa familia crezca y seamos más y todas nos queramos más y mááááááás? Las amo. Gracias.
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-Nani.

domingo, 24 de agosto de 2014

01. // Ecstasy

El sol brillaba fuerte escabulléndose por la cortina de mi ventana y golpeando mi rostro sin piedad. Mis ojos se abrieron suavemente ajustándose en mi habitación. Estirándome lo más que pude, mis brazos hicieron contacto con un cuerpo a mi lado. Su espalda a la vista una vez me voltee a verlo. Sus leves ronquidos despertaron una sonrisa en mis labios y me encontré estirando mi mano hacia su piel y acariciándola suavemente.

Un suspiro salió de sus labios y su cuerpo se volteó. El verde de sus ojos estaba escondido detrás de sus párpados, sus largas pestañas descansando sobre sus mejillas. "Buenos días." Dijo. Su voz ronca y sexy.

Sonreí. "Buenos días."

Su tan familiar hoyuelo apareció en su rostro y no pude evitar tocarlo suavemente con la yema de mis dedos. Su pecho vibro mientras una pequeña risa salía de su garganta. "Qué noche, eh?" Una de sus cejas se levantó y mi sonrisa creció aún más si era posible, recordando los sucesos de la noche anterior.

Asentí con mi cabeza y me encontré acercándome a su cuerpo lo más posible. Mis labios a tan sólo unos centímetros de los suyos. "La mejor de esta semana." Sonreí.

Una de sus manos se elevó hasta alcanzar mi mejilla. La acarició suavemente mientras sus ojos, cosidos a los míos, emanaban lujuria y deseo. Su mano se deslizo hasta mi nuca, empujando my cabeza hacia él y juntando mis labios con los suyos. La suavidad de su boca era ridícula, parecían hechos de seda. El lento roce de nuestros labios, era cuidadoso, juguetón incluso, pero cargado de deseo. Sentí como sus dientes sujetaban mi labio inferior, mordiéndolo con cuidado y soltándolo tan lentamente que algo en mi interior se revolvió. Su lengua rozó mi boca y no pude evitar el pequeño gemido que salió de mis labios. Aprovechándose de la situación, introdujo su lengua en mi boca, buscando la mía con desespero. Su mano libre se posó en mi muslo, justo debajo de mi trasero, halando mi cuerpo para que se ubicara arriba del suyo. Mi falta de ropa hacia de la situación algo difícil de controlar. Su respiración se aceleró al igual que la mía al momento en el que mis piernas hicieron contacto con su cadera.

"Tyler," Suspire en sus labios mientras mi mano recorrió su abdomen hasta llegar a su rostro. "Tengo que ir a trabajar." Le dije, frenando nuestra sesión de besos.

Un molesto quejido salió de sus labios mientras sus cejas se unían en su frente. "Lo sé. Yo también." Sus manos se situaron en mi cintura apretándola de repente.

Mi cuerpo reaccionó a sus manos y un pequeño grito salió de mis labios acompañado de una risa. "No hagas eso," Reí nuevamente. Me sonrió al mismo tiempo que guiño un ojo.

"Esta noche." Dijo.

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"Gabi," Miranda, una de mis compañeras de la agencia de modelos de mi hermana llamó mi nombre. "Aquí están las fotos de las recién llegadas." Dijo entregándome una carpeta.

Klum Models Agency. Aquí es donde trabajo. Con el paso del tiempo y mi experiencia en la agencia de moda de mi hermana, me di cuenta que lo mío era exactamente eso. La moda. Heidi tiene dos agencias, una de modelos y otra de moda. Las dos trabajan en conjunto. Después de un año de trabajar en Klum Fashion, mi hermana me transfirió a Klum Models. Y lo amo. Llevo un año trabajando aquí y no creo que pueda hacer algo diferente con mi vida. Aquí soy feliz.

"Gracias, Miranda." Le sonreí.

Entrando a mi oficina empece a mirar las fotos, tenía que separar a las modelos en tres grupos, se dedicarían a lineas diferentes. Así que abriendo la carpeta comencé a mirar sus rostros y sus cuerpos, su color de piel. Todas aquellas características que se ajustarán mejor a cada estación del año. Las lineas de ropa de Heidi se basaban en las estaciones. Mi teléfono empezó a vibrar brutalmente en el cajón de mi escritorio.

Suspiré antes de abrir el cajón y contestar la llamada. "GABI!" Emma grito en el otro extremo de la linea, provocando que alejará mi teléfono de mi odio.

"Emma," Le dije.

"Uy, que efusiva." Se quejó y pude imaginar su rostro mientras rodaba los ojos.

"Estoy en la agencia." Reí. "Qué pasó?"

"Estoy en la agencia, estoy en la agencia." Dijo tratando de imitar mi voz. "Esa agencia te vuelve fría, amiga." Esta vez fui yo quien rodó sus ojos. "En todo caso. Te llamaba, POOOOOOORQUE."

"Gabi, te necesitamos en la oficina de juntas." Carmen, mi secretaria dijo tocando mi puerta y asomando su cabeza.

Asentí  y levanté mi dedo índice, indicándole que me diera un segundo. "Em, tengo que irme." Le dije.

"No, espera! Esta noche no te comprometas."

"Por qué?"

"Vamos a ir a Ecstasy, el nuevo y mejor night club de Los Angeles."

"Mañana tengo que madrugar, Em" Rodé mis ojos nuevamente. "Hasta ahora es Miércoles."

"No me interesa. Te recojo esta noche a las 10. Adiós." Colgó.

Claro que no le interesa, conociéndola estará en mi casa a las 9:30 asegurándose de que esté lista para salir. Intentar ir en contra de Emma era como intentar nadar contra la corriente, ugh, será una larga noche. 

Luego de dar un suspiro me levante de la silla y salí a la oficina de juntas.

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La música retumbaba en mis odios, la cantidad de gente formándose fuera de Ecstasy era abrumadora. Mi vestido negro cubría apenas un poco bajo mi trasero. ¿Cómo se supone que bailaría con esto? Pero Emma insistió en que lo usura, de hecho, ni siquiera era mío. Ella misma lo trajo de su casa. Mi chaqueta de cuero hacía un buen trabajo protegiéndome de la brisa de la noche, pero mis piernas tenían la piel de gallina. No hacía frío pero tampoco calor exactamente.

"Oh, este es mi ambiente." Emma dijo acercándose a la masa de gente. "Vengan!" Dijo mirándonos a Caroline, Nicholas y a mi.

Todos la seguimos hasta llegar al final de la linea. Personas formándose detrás de nosotros al instante.

"¿Dónde está Tyler?" Nicholas preguntó.

"Me dijo que tenía un compromiso esta noche." Hice un gesto y me encogí de hombros. Habíamos tenido una discusión. Lo llame al momento de llegar a casa después del trabajo para decirle que saldríamos en la noche. Él sólo me dijo que no podía, al momento de preguntarle por qué, lo único que salió de sus labios fue Hay algo que tengo que hacer, un compromiso. Y créanme, fui insistente, pero no recibí más que eso. Así que comenzamos a discutir por la posición que yo ocupaba entre sus prioridades.

"Qué onda?!" Mark dijo llegando con su novia, Julie.

Suspiré, la llegada de Mark sacándome de mis pensamientos. "Necesito un cigarrillo." Dije y le arrebaté al recién llegado el que tenía en sus labios.

Fumar se volvió un constante en mi vida desde que llegue a Estados Unidos. No me mal interpreten, me relajaba y prefería sentir el humo en mis pulmones que el punzón en mi pecho.

El interior de Ecstasy era verdaderamente impresionante, luces de colores bailaban por el amplio lugar, tubos de cristal descansaban alrededor de la estancia, una extraña sustancia burbujeando en su interior con diversos colores. El aroma era extraño pero delicioso, chicle o algo parecido. La música retumbaba tan fuerte que la podías sentir vibrar en tus huesos. Una cortina de humo ocupaba el techo del lugar al igual que el suelo, el cual se iluminaba con tonos azules y verdes, dando la apariencia de que estabas entre nubes de colores. Muebles negros y blancos estaban esparcidos en todo el lugar, lamparas extrañas decoraban por doquier y la pista de baile era la más grande que jamás había visto. La barra era de cristal, al igual que las sillas a su alrededor. Mis ojos recorrieron el lugar y su ambiente hizo que algo dentro de mi despertara.

"Necesito un trago." Dije sonriendo y pude sentir los brazos de Emma y Julie halándome hacia la barra.


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Hallo.  Estoy entusiasmada con este regreso asdfghjkl ¿Ustedes no?
Espero que les agrade el primer capítulo y prepárense porque en el segundo las cosas se pondrán candentessssssssssssssss. juju
Me preguntaron por mi facebook, PERO les dejaré el twitter oficial del fanfic. Ahí me pueden encontrar a cualquier hora y en cualquier lugar.  @mag_gabs 
Espero que estén de acuerdo con el nombre que le puse a Tn, me gusta Gabi. :) Y para que se hagan una idea, Tyler me lo imagino como Tyler Hoechlin. POR FAVOR DIGANME QUE ALGUNA SE VE TEEN WOLF <3
EN FIN.
Las adoro. 
Hasta la próximo buds..!

sábado, 23 de agosto de 2014

0. // Prólogo

En la vida nos esmeramos por hacer de nuestro futuro lo mejor. Buscamos incansablemente, incesablemente todo aquello que nos proporcione un beneficio para nuestras vidas. A futuro. Siempre, constantemente estamos pensando en nuestro futuro. En algunas ocasiones, ocupa tanto nuestros pensamientos que nos olvidamos de vivir el presente y de disfrutar el momento. Yo solía ser de esas personas que por estar concentrada en lo que llegaría a ser mi futuro descuidé mi presente hasta el punto de perder lo que más felicidad traía a mi vida.

Pero no, no soy la única responsable de que la más grande fuente de alegría en mi vida haya cerrado sus puertas en mi cara. Él también influyó en la caída en picada de nuestra relación. Han pasado dos años desde que terminé con Tom. Nuestra relación comenzó a deteriorarse luego de que Sary perdiera su bebé. De repente él ya no tenía más tiempo para mi y su estado de animo dejo de ser el usual, siempre estaba cansado o de mal humor. Con el paso del tiempo, hacer el amor se convirtió en la satisfacción única de nuestros cuerpos, simple sexo sin emoción. Y hasta eso paso a ser algo que hacíamos más que todo por obligación. Puedo decir que nos aburrimos el uno del otro. Nunca sospeché que tal vez la razón de su cambio conmigo haya sido otra mujer en su vida, pues al igual que él, yo también había cambiado y no había necesitado de otra persona en mi vida para hacerlo. Mis sentimientos habían cambiado. Es increíble lo rápido que las cosas se fueron a la basura, tan sólo seis meses.

Eli y Bill al igual que Issa y Georg seguían juntos como siempre. Sary y Gustav, a pesar de haber perdido a su tan adorado y esperado hijo a los ocho meses de embarazo de mi amiga, se mantuvieron juntos. A Simone y a Gordon no los volví a ver, a excepción de esa vez en el supermercado. Simone se veía más delgada, pero seguía siendo igual de hermosa. Después de eso, no volví a saber más de aquella familia excepto por los breves comentarios de Eli. Las cosas cambiaron drásticamente. Mi hermana abrió su propia empresa de moda en Los Angeles y dos meses después de haber terminado mi relación con Tom, Estados Unidos me recibió con los brazos abiertos. Con el paso del tiempo el intenso punzón en mi pecho se fue desvaneciendo y mis pensamientos estaban cada vez menos contaminados de su sonrisa, sus besos, su voz y su cuerpo. Cada día se trataba más de mi y menos de él. Menos de nostros. 

Nuevos amigos, nuevo país, nueva casa, un empleo. Nuevo comienzo. Nuevo corazón y nuevas expectativas. Un año y medio después me sentía como nueva, era una persona completamente diferente. La vida me había enseñado muchas cosas y había aprendido demasiadas lecciones en mi camino como para repetir mis errores. Y para mi nueva y actual relación, era ya una persona más madura y recorrida. Tyler y yo llevamos seis meses juntos y aunque no es la mejor relación que he tenido en la vida, está bien, supongo.

Tyler se preocupa por mi, me cuida, es atento y cariñoso. Y en la cama.... bueno no me puedo quejar. Su cabello negro y ojos verdes son tan cautivantes como su personalidad. Me hace reír y creo que esa es la principal razón por la que hicimos conexión.

Mis amigas y yo hablábamos por teléfono una vez a la semana, ellas seguían viviendo en Alemania. Me hacían falta, si. Pero Emma y Caroline, mis amigas aquí en Los Angeles, me hacían sentir lo suficientemente bien, al igual que Nicholas y Mark. Mi vida iba perfectamente bien, hasta ese día. Ese día en el que lo volví a ver. Cuando sus ojos se concentraron en los míos y a pesar de mis grandes esfuerzos por mirar en otra dirección, nuestros ojos estaban pegados los unos con los otros, e incluso desde la distancia entre nuestros cuerpos podía sentir esta fuerza invisible halando tan fuerte que parecía querer unirnos hasta colapsar a cualquier costo.

Era Magnético.